Los primeros buscadores se crearon a inicios de la década de los años noventa. En 1996 nació Google y tras él, comenzaron a llegar otras plataformas como Yahoo.
Fue entonces cuando se produjo la primera revolución digital. Los usuarios comenzaron a ser conscientes poco a poco de que Internet era una vía real para obtener ingresos, pero para lograrlo, necesitaban atraer tráfico y en un momento en el que las redes sociales como tal aún no habían nacido, sólo había una forma de lograr obtener visitas: Explotar el potencial que ofrecían los motores de búsqueda.
Fue entonces, cuando comenzaron a surgir las primeras estrategias para poder obtener un posicionamiento en los primeros resultados. El SEO, había nacido. Pero, ¿Qué es la optimización SEO y para que sirve?
SEO son las siglas de Search Engine Optimization (Optimización de motores de búsqueda) y está orientado a obtener un flujo de visitas a partir del posicionamiento orgánico (es decir, aquel que no es pagado ni se basa en la contratación de espacios publicitarios).
Podríamos definir el SEO como un conjunto de procesos que se implementan para facilitar la visibilidad de una página web dentro de los resultados orgánicos de diferentes motores de búsqueda.
Con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un área de especialización que ha sufrido bastante cambios y actualizaciones. No tenemos más que echar un vistazo a las novedades que recientemente se han implementado en los algoritmos Penguin y Panda y cómo han reinventado el concepto de SEO.
En la actualidad, el objetivo prioritario de todos sus procesos es garantizar una buena experiencia de usuario. Matt Cutts lo llama ‘Search Experience Optimization’.
En realidad, existe una amplia variedad de factores que intervienen en el funcionamiento de un motor de búsqueda.
No obstante, hay dos variables especialmente importantes que, de hecho, constituyen algunas de las principales razones por las que un buscador posiciona una u otra página. La relevancia de los contenidos y la autoridad de la página web en donde se alojen.
Índice de contenidos
Pero, ¿qué son exactamente estos parámetros?
Por un lado, la autoridad se entiende como la reputación que una página web posee en el ecosistema online.
A medida que su reconocimiento sea mayor, sus contenidos pasarán a ser reconocidos como más valiosos. En la actualidad, podríamos decir que este factor es el que más peso tiene a la hora de definir la distribución de páginas en los resultados de búsqueda.
Si Google detecta que los contenidos de una determinada página web se comparten de forma masiva, entiende que se trata de contenido útil y de valor, por lo que le da prioridad en futuras búsquedas.
Por otro lado, la relevancia es la relación que existe entre los contenidos de una página, frente a una búsqueda determinada. No sólo se trata de una relación de similitud o de que los contenidos posean una densidad apropiada de palabras clave.
Si bien en el pasado esta pauta se tenía muy en cuenta, en la actualidad, las cosas han cambiado. Hoy los motores de búsqueda fundamentan sus criterios en una gran diversidad de factores on-site.
Las estrategias SEO se pueden dividir en dos grandes grupos:
- On-site: Su principal pauta de análisis es la relevancia. Se preocupa de que una página web esté optimizada para que los motores de búsqueda puedan entender sus contenidos. Dentro de este nivel, encontraríamos algunos recursos de optimización como el trabajo con keywords, los tiempos de carga, la experiencia de usuario, la optimización a nivel desarrollador o los formatos de los enlaces o URLs.
- Off-site: Sus procesos y criterios de análisis se basan en la autoridad. Esto implica una orientación hacia todos aquellos factores de naturaleza externa. Algunos de los más comunes son la cantidad y la calidad de enlaces externos que recibe una web, el grado de presencia en redes sociales o el CTR (es decir, la cantidad de clics que un enlace recibe en relación al número de veces en que ha sido mostrado).
No obstante, debes saber que existen diferentes formas de aplicar estrategias de posicionamiento. Si seguimos las recomendaciones prescritas por el motor de búsqueda o no. En el primer caso, se tratará de una estrategia White Hat. En el segundo, de un planteamiento Black Hat.
Pero, ¿qué son exactamente estos términos y cuál es el grado de efectividad de ambas metodologías?
- Black Hat SEO: El black hat se corresponde con medidas poco éticas. Sus recursos para mejorar el posicionamiento de una página web en buscadores son muy variados, aunque no recomendables porque suponen un gran riesgo de recibir penalizaciones por parte de Google o de cualquier otro buscador. Algunos de las acciones más comunes son el Cloaking, el Spinning, el SPAM en plataformas sociales o blogs o el Keyword Stuffing. Aunque sus resultados pueden ser efectivos a un plazo de tiempo muy reducido, constituyen una alternativa poco deseable porque no aporta valor y sus efectos no prevalecen en el tiempo.
- White Hat SEO: Engloba todas aquellas medidas y acciones que siguen la línea de directrices marcadas por los motores de búsqueda. Las metodologías White Hat son percibidas de forma favorable por los algoritmos de los buscadores y se basan en planteamientos éticos. En la actualidad, los motores e búsqueda han desarrollado sistemas muy sofisticados para detectar qué contenidos aportan valor realmente al usuario final, una característica que sólo se da en los movimientos White Hat donde las necesidades y expectativas de los usuarios se entienden como una piedra angular.
¿Por qué el SEO es tan importante?
El SEO se ha convertido en una disciplina fundamental dentro del ecosistema digital porque proporciona valor tanto a las páginas web, como a los contenidos.
Además, la experiencia del usuario se enriquece, al mismo tiempo, los motores de búsqueda, se perfeccionan a partir de sistemas de análisis y gestión de contenidos más precisos y transparentes.
Podríamos decir que el SEO funciona como una especie de lenguaje que permite a los motores de búsqueda comprender el significado de los contenidos que albergan las páginas web para, a continuación, hacer una evaluación sobre ellas y determinar si deben mostrarse con mayor o menor prioridad a los usuarios.
¿Cómo funcionan los motores de búsqueda?
El funcionamiento de un motor de búsqueda se divide en dos procesos básicos:
Rastreo
Los bots son aquellos sistemas automatizados que rastrean de forma sistemática la información que existe en las páginas web. Uno de sus principales parámetros de son los enlaces.
Tal y como lo haría cualquier ser humano al navegar por los contenidos de una web, el bot revisa todos los enlaces y recopila información sobre dicha página web.
El proceso de análisis de estos recursos inteligentes comienza a partir de un listado de direcciones web de rastros anteriores o de los propios sitempas que proporcionan otras web.
Los bots están configurados para detectar muy rápidamente los cambios que se producen dentro de plataformas consolidadas y, además, la apertura de nuevos sitios web.
Atendiendo a algoritmos propios, los bots son capaces de decidir qué páginas web deben analizar, con qué frecuencia deben hacerlo o durante cuánto tiempo deben durar las sesiones de rastreo.
Por este motivo, es muy importante asegurar una correcta optimización a nivel de experiencia de usuario, especialmente, lo que tiene que ver con la actualización de contenidos o un tiempo de carga reducido.
No obstante, es posible establecer comunicación con dichos bots y transmitirles especificaciones sobre nuestros contenidos.
Por ejemplo, si una web desea restringir el rastreo de algunas páginas determinadas para evitar que aparezcan en los resultados de búsqueda, puede especificarlo a partir de un archivo llamado ‘robots.txt’.
Indexación
Cuando el proceso de rastreo y recopilación de información ha finalizado, las páginas web sometidas a valoración se introducen dentro de un índice. Es en él, donde se establece un orden atendiendo a factores como la naturaleza o la calidad de los contenidos, la autoridad o la relevancia.
Gracias a esta recopilación de datos, al motor de búsqueda le resulta mucho más sencillo identificar cuáles son los resultados más relacionados con una búsqueda determinada.
En el pasado, los motores de búsqueda reducían su criterios de análisis para ordenar y distribuir los contenidos teniendo únicamente en cuenta el número de veces que una palabra clave se repetía en los contenidos.
Al formalizar una búsqueda se hacía un rastreo en su índice de aquellos términos par alocalizar cuáles eran las web que los contenían en sus textos.
El resultado era un orden basado en la cantidad de veces que aparecía una keyword, pero no en la calidad de su contexto o de otro tipo de factores.
El primer resultado de búsqueda, era simplemente el de una página web que había repetido una mayor cantidad de veces el término buscado en sus contenidos.
En la actualidad, los sistemas de análisis se han perfeccionado y son mucho más inteligentes. Algunos de los datos que intervienen en el posicionamiento son la fecha de publicación, la presencia o no de archivos multimedia, la densidad de palabras clave, la extensión del texto…
Después de que las páginas web son rastreadas e introducidas en un índice, entra en juego el papel del algoritmo. Cuando hablamos de un algoritmo, nos referimos a un tipo de proceso informático que es capaz de cotejar qué webs deben aparecer antes o después en la página de resultados.
Es altamente complejo y desarrolla sus funciones en un espacio muy reducido de tiempo, apenas en milisegundos.
